La miel siempre ha sido considerada como una alternativa sana al azúcar de mesa o azúcar común. Es cierto que es un alimento que contiene algunas vitaminas y minerales y otras sustancias supuestamente beneficiosas, pero aún no hay ningún estudio que demuestre sus beneficios. Pero ¿Qué hay de los perjuicios de la miel?
Las principales contraindicaciones de la miel
Los detractores de la miel afirman que la miel no es un producto sano por contener una gran cantidad de azúcares. Estas personas dicen que todos los nutrientes que puede aportarnos, también los podemos obtener a partir de otros alimentos mucho más sanos.
Su alto contenido en azúcares lo convierte en un alimento totalmente prohibido para las personas diabéticas, y también hace muy poco recomendable para todos aquellos que sufren de sobrepeso u obesidad.
Tampoco nos podemos olvidar del hecho de que las mieles industriales contienen sustancias añadidas de forma artificial. La mayor parte de estas sustancias son conservantes para evitar que se deberá de cuando paso del tiempo. También se le añaden colorantes para mejorar su aspecto y hacerlo más atractivo a la vista.
Todo ello sin olvidar el proceso de adulteración. Este es un producto muy valioso que cuesta de obtener tanto tiempo, esfuerzo y dinero. No son pocos los documentales que han demostrado la adulteración de la miel con otras muchas sustancias muy poco adecuadas para la salud.
Se trata de un alimento muy poco recomendable para ver los bebés y los niños menores de un año. La razón de esto es su contenido en esporas de bacterias del género Clostridium botulinum. Estas bacterias son las responsables de la producción de la toxina botulínica, uno de los venenos naturales más potentes que existen. El procesado térmico en la piel apenas suele alcanzar los 72 grados centígrados, lo que es totalmente insuficiente para matar las esporas de Clostridium botulinum.
La toxina botulínica puede afectar de forma muy grave al sistema nervioso del bebé, causando una enfermedad conocida como botulismo. Los principales síntomas del botulismo son la dificultad para respirar, la falta de apetito, debilidad prolongada, sensación de hormigueo en las extremidades, y en casos graves puede conducir incluso a la muerte.